ICONIC CLUBBING

Leyendas de la noche/ Por Laura Martínez

En materia de nocturnidad, siempre ha habido clases y estos lugares son considerados templos y estandartes del apogeo cultural, artístico y parrandero de ciudades que fueron y siguen siendo, capitales mundiales del ocio. Te contamos dónde, cómo, quién y por qué estos clubs se convirtieron en leyenda viva de una escena que siempre vivirá en la memoria colectiva.

THE HAÇIENDA – MANCHESTER

En 1982 aparece en la escena nocturna inglesa este celebérrimo lugar; un antiguo almacén ocupado por un club entre las calles Whitworth y Albion de Manchester, diseñado por Ben Kelly y financiado por la banda inglesa New Order y su sello discográfico Factory Records. Con estas credenciales, Tony Wilson, el mandamás del sello discográfico dueño del local, era el encargado de dirigir la sala o intentarlo, en una década en la que el llamado ‘sonido Manchester’ lideraba el cotarro musical nocturno y The Haçienda dirigía el movimiento ‘rave’. En 2009 salió a la luz un libro genial escrito por Peter Hook, bajista de New Order que tituló ‘The Haçienda: Cómo no dirigir un club’ sobre su época como copropietario del club, que a finales de los 90 tuvo que cerrar porque, dicho mal y pronto, aquello era un coladero de pasta. Pero todo esto ocurrió mucho antes de que Los Smiths actuaran allí tres veces, antes de acoger el primer bolo de Madonna en Reino Unido y antes de ser la lanzadera de bandas como Oasis, The Stone Roses, Chemical Brothers o Happy Mondays.

Si el glamour pudiera caber en un lugar, ese lugar sería Studio 54. El santuario de la música disco por excelencia, fue concebido por Steve Rubell e Ian Schrager, empresarios de la Gran Manzana que compraron el edificio en 1977, conservando muchos de los muebles provenientes de obras de teatro y series de TV que ya había en su interior. Antes de ser Studio 54, el local se llamaba Gallo Opera House y era un teatro que albergaba el estudio de radio y TV de la CBS. El buen hacer de Rubell y Schrager en las Relaciones Públicas convirtió al local en el place to be de las celebrities de la época: Andy Warhol, Liza Minelli, Elizabeth Taylor, Truman Capote, Salvador Dalí, Michael Jackson, Julio Iglesias, Bianca Jagger o Cher formaban parte de la clientela habitual. Bianca Jagger, entonces esposa del líder de los Stones, protagonizó uno de los momentos más icónicos a lomos de un caballo blanco -cortesía de Rubell- el día de su 30 cumpleaños.

STUDIO 54 – NUEVA YORK

Si el glamour pudiera caber en un lugar, ese lugar sería Studio 54. El santuario de la música disco por excelencia, fue concebido por Steve Rubell e Ian Schrager, empresarios de la Gran Manzana que compraron el edificio en 1977, conservando muchos de los muebles provenientes de obras de teatro y series de TV que ya había en su interior. Antes de ser Studio 54, el local se llamaba Gallo Opera House y era un teatro que albergaba el estudio de radio y TV de la CBS. El buen hacer de Rubell y Schrager en las Relaciones Públicas convirtió al local en el place to be de las celebrities de la época: Andy Warhol, Liza Minelli, Elizabeth Taylor, Truman Capote, Salvador Dalí, Michael Jackson, Julio Iglesias, Bianca Jagger o Cher formaban parte de la clientela habitual. Bianca Jagger, entonces esposa del líder de los Stones, protagonizó uno de los momentos más icónicos a lomos de un caballo blanco -cortesía de Rubell- el día de su 30 cumpleaños.

KU – IBIZA

Considerada por much@ la mejor discoteca del mundo hasta nuestros días, KU revolucionó desde Ibiza -más concretamente desde San Antonio- la escena nocturna mundial. El lugar donde podías ver bailando mezclados al pescadero, la peluquera y el artesano, junto a Mick Jagger, Naomi Campbell o Grace Jones, arrancó en 1978 de la mano de Javier Iturrioz y pronto se convirtió en el lugar donde todos querían estar. El mítico RRPP de la isla Carlos Martorell contribuyó en gran medida a elevar el estatus del KU con una fiesta de apertura épica que sentó las bases de lo que sería, en esencia, KU. La discoteca que mayor nostalgia despierta entre los que tuvieron la suerte de vivir aquella época en la Isla, sigue viva en otro formato, lo que desde 1993 se llama Privilege, el club más grande del mundo (10.000 personas de aforo) que cuenta con su propio récord Guiness.

VIPER ROOM – L.A

Este local situado en Sunset Strip, fue una tienda de abarrotes durante los 40, momento en el que la zona vivía su despertar socio-económico. Con esa nueva realidad, la pequeña tienda pasó a ser el Cotton Club, pero tampoco duró demasiado y tuvo varios nombres hasta que en los 50 se convirtió en un cabaret llamado The Melody Room, convertido en parada obligatoria para los gángsters. En los 70 pasó a ser The Central, donde John Enstwistle de The Who o C.C. DeVille -que fue miembro de Poison- se juntaban para tocar. Con los 90 llegan los años dorados del grunge y del Viper Room, que debe su nombre a una banda llamada ‘The Vipers’. Esta nueva vida llega por obra y gracia de Johnny Depp, quien lo compra para convertirlo en un local donde ir a escuchar buena música en directo con sus amigos. Pronto se corre la voz entre los enfant terribles de Hollywood y aquello se torna en el nuevo local favorito de Leonardo Dicaprio -quien probablemente era demasiado joven para estar allí- Charlize Theron o Keanu Reeves. Pero los excesos hacen estragos en los 90 y una fatídica noche del 93, el actor River Phoenix, la estrella más rutilante del momento, fallece a las puertas del club. La leyenda del Viper Room sólo acababa de empezar.

PARADISE GARAGE – NUEVA YORK

En la década del 77 al 87, hubo un local clave en la historia de la cultura LGTBI+ neoyorkina. Coincidiendo con el auge de la música electrónica, este emblemático club fue la residencia habitual del músico Larry Levan y su nombre deriva de sus orígenes como aparcamiento. El modelo de negocio de Paradise Garage se inspiraba profundamente en las ‘Loft Parties’ de David Mancuso, Dj y fundador de The Loft, nombre artístico nocturno de la casa del visionario, convertida en escuela de melómanos: no se servía alcohol, no había puestos de comida o bebida y el local no se abría al público general. El estilo único y ecléctico que se pinchaba en Paradise Garage, mezclaba la música disco y el dance, pasando por The Police o The Clash, bandas que sonaban habitualmente. También fue testigo de numerosos conciertos de artistas que empezaban su carrera, como es el caso de la mismísima Madonna, icono queer y eterna reina del pop, que filmó aquí su primer videoclip: ‘Everywhere’, en 1982.