BEYOND THE LOBBY - MAMBO
MAMBO
Cuando la Mafia Encendió el Ritmo de La Habana
By Jon @whereismyhotel
Entre las décadas de 1930 y 1950, La Habana se convirtió en un auténtico paraíso de juego, lujo y fiesta. Lo que muchos desconocen es que todo ello fue posible gracias... a la mafia.
La ciudad se transformó en la joya perfecta para el crimen organizado estadounidense, que encontró en Cuba un lugar perfecto para operar sin restricciones legales y lejos del FBI.
Figuras como Meyer Lansky y Lucky Luciano hicieron de La Habana una extensión tropical de su imperio criminal. Hoteles lujosos como el Capri, Riviera, Sevilla-Biltmore y Deauville funcionaban como centros de operaciones para el lavado de dinero y el juego. Pocas escenas retratan mejor esa época que la icónica secuencia de El Padrino II, donde Michael Corleone se reúne con otros jefes mafiosos en la azotea del Hotel Nacional. Estos hoteles no eran solo alojamiento para turistas y gánsteres: eran escenario de fiestas deslumbrantes, casinos ostentosos y clubes nocturnos, mientras el gobierno cubano recibía su parte. En medio de aquel ambiente excesivo y corrupto surgió un fenómeno cultural inesperado: el mambo.
La mafia planeó utilizar el entretenimiento como gancho para atraer visitantes, pero el efecto fue mucho más profundo: se desató una explosión cultural en la que el mambo acabó definiendo la identidad sonora de la ciudad. La Habana palpitaba lujo e ilegalidad al compás de la música afrocubana y el jazz latino. En todos los rincones de esa escena nocturna, la herencia de Pérez Prado y Xavier Cugat se proyectó en nuevas agrupaciones y estilos, entre ellos la legendaria banda Buena Vista Social Club, cuyas fotografías originales hoy decoran la recepción de nuestro hotel Cubanito. También podemos seguir disfrutando del talento del maestro Ricardito, figura imprescindible de la música cubana, residente en la isla de Ibiza desde 1996.
Y aunque todo terminó abruptamente con el triunfo de la Revolución, el mambo, nacido entre apuestas, humo y champán, quedó para siempre como parte esencial de la historia cultural cubana.